viernes, julio 11, 2008

Sobre la Ronda de Doha

Llamado a la Acción para frenar la Ronda de Doha de la OMC

Julio 6, 2008

Los ministros de varias decenas de países, entre ellos de EEUU, Brasil, India, Indonesia, Filipinas, Sudáfrica, Kenia y Egipto se reunirán en Ginebra a partir del 21 de julio para tratar de concluir la Ronda de Doha de la OMC. Tras varios años de negociaciones, cumbres ministeriales fallidas y repetidos re-inicios, esta es su “última oportunidad” antes que el Presidente Bush deje su cargo. Los Ministros quieren concluir esta ronda titubeante, dejando de lado otras prioridades mundiales clave como la crisis alimentaria, los precios de los combustibles, el calentamiento global, la pobreza en el mundo y la deuda.

Si se la concluye, la expansión de la OMC habrá de beneficiar a las grandes empresas transnacionales, pero afectará muy negativamente a los trabajadores, agricultores, mujeres, consumidores y el medioambiente. Equívocamente caracterizada como un “Programa para el Desarrollo”, sus verdaderas consecuencias serán:

  • Pérdida de empleos, des-industrialización, y la limitación del espacio para el desarrollo por décadas por venir. Los países ricos están exigiendo que los países en desarrollo brinden “más acceso al mercado”, lo que significa eliminar las protecciones y aranceles de importación para los productos manufacturados y los recursos naturales.
  • El sustento de los agricultores, la seguridad alimentaria y el desarrollo rural se verán cada vez más amenazados. Estados Unidos y Europa siguen subsidiando a sus agroexportadores empresariales, al mismo tiempo que se oponen a que se proteja a millones de agricultores de los países en desarrollo con políticas y medidas clave. Esto es escandaloso, en vista de la crisis alimentaria mundial.
  • Privatización y desregulación creciente de los servicios, incluso en sectores como las finanzas y la energía. Antes que desregulación, la inestabilidad reciente de los mercados mundiales demuestra la necesidad de un mayor control e intervención en los mercados financieros y de otro tipo.
  • Los esfuerzos mundiales para hacerle frente al cambio climático podrían verse comprometidos por la expansión de la OMC.
  • Los países más pobres serán los principales perdedores. Las proyecciones económicas de un potencial acuerdo de Doha efectuadas por varios centros de análisis estratégico e incluso el Banco Mundial, indican que los costos acumulados por la pérdida de empleos, la limitación del espacio político y los ingresos aduaneros no percibidos superan con creces los supuestos “beneficios” de la mal llamada Ronda de “Desarrollo”.

No podemos correr el riesgo de permitir que la Ronda de Doha se concluya. Los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil del mundo entero debemos unirnos para oponer resistencia a la agenda de la Ronda de Doha de la OMC, dominada por los intereses empresariales. Convocamos a la gente y los pueblos a:

  1. Organizar acciones de presión pública nacional (mediáticas, movilizaciones, campañas) mientras sus Ministros de Comercio Exterior se aprestan para viajar a Ginebra a partir del 19-21 de julio, para garantizar así que sus gobiernos actúen en defensa de los intereses de su pueblo, no de las empresas o de gobiernos extranjeros. Una serie de Puntos Básicos de discusión y una lista de Herramientas para la Acción deberían venir anexos a este Llamado a la Acción; si no lo están, ponerse por favor en contacto con Verda Cook en verda.cook@gmail.com.
  2. Reclamar una reunión con el Ministro de Comercio Exterior para expresarle su postura opuesta a la Ronda de Doha, instándole a que NO de su visto bueno a la conclusión de la ronda –y dejarle saber a su gobierno que están monitoreando sus acciones en Ginebra.
  3. Contactar a los medios de comunicación y contarles acerca de los impactos negativos de la OMC para la economía, los trabajadores, agricultores, consumidores, los pueblos pescadores, las mujeres, el cambio climático y el medioambiente.
  4. Enviar una carta de carácter nacional, suscrita por una amplia variedad de organizaciones y movimientos sociales, dirigida a su gobierno nacional (OWINFS circulará próximamente una carta modelo que puede adaptarse a su contexto nacional).
  5. Viajar a Ginebra para presionar a su Ministro durante la Conferencia Ministerial del 19 al 25 de julio, y decirle a la prensa internacional en Ginebra lo que piensan sobre la Ronda de Doha. Establezcan contacto por favor con Deborah James en djames@cepr.net si tienen planes de viajar a Ginebra.

La red mundial ‘Nuestro Mundo NO Está en Venta’ (OWINFS) está trabajando para coordinar actividades mundiales, apoyar campañas nacionales en todo el mundo, y alertar a los medios de comunicación internacionales sobre las acciones que se realizan en el mundo entero. Es muy importante contar con un registro de las actividades nacionales que se lleven a cabo. Pónganse por favor en contacto con Verda Cook en verda.cook@gmail.com para que podamos incluir sus acciones y actividades en nuestro listado de eventos nacionales, y/o en caso que quieran recibir más herramientas para la acción. Para más información sobre la OMC, visiten por favor www.ourworldisnotforsale.org.

Deborah James
Directora de Programas Internacionales
Centro de Investigación de Economía y Política
(
Center for Economic and Policy Research)
1611 Connecticut Avenue, NW, Suite 400 Washington, DC 20009
202 293 5380 x111
202 588 1356 fax
202 441 6917 móvil
http://www.cepr.net/espanol.html

djames@cepr.net
deborahjames1 skype

Puntos básicos de discusión sobre la OMC para reuniones con Ministros de Comercio Exterior
Julio 6, 2008

El director general de la OMC Pascal Lamy convocó a una conferencia mini-Ministerial selectiva, agendada para el 21 de julio en Ginebra. Si los ministros llegan a un acuerdo durante esa reunión, ese acuerdo será trasladado enseguida l Consejo General de la OMC a finales de julio. Aunque muchos ministros son de la opinión que es poco probable que ahora se pueda llegar a una conclusión de la ronda debido a las grandes diferencias que aún existen entre diferentes grupos de países, los informes indican que se están desplegando grandes presiones para concluirla. Muchos países clave tienen mucho interés en concluir el marco este verano boreal, entre ellos Brasil, de modo tal que a finales del año se pueda firmar el acuerdo final, antes que termine el mandato del Presidente Bush.

Ha habido negociaciones constantes en torno a las importantes áreas de Agricultura y Acceso al Mercado No Agrícola (AMNA, o NAMA por sus siglas en inglés); además, forman también parte de la Ronda otras áreas de importancia tales como los Servicios, las “Reglas” de la OMC y los ADPIC (Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados al Comercio).


Agricultura:

  • Un grupo de países en desarrollo (conocido como G33) ha venido abogando a favor de nuevas herramientas políticas que les permitirían a los países en desarrollo proteger su seguridad alimentaria, el sustento de sus agricultores y su desarrollo rural. La UE y EEUU se han opuesto enérgicamente a esas políticas esenciales y francamente razonables, que constituirían un paso importante en pos de la Soberanía Alimentaria. Los países en desarrollo deberían respaldar con fuerza esas políticas, conocidas en la jerga de la OMC como ‘Productos Especiales’ y ‘Medidas de Salvaguardia Especiales’.
  • La Ronda de Doha aumentará la volatilidad de los precios de los alimentos, incrementando la dependencia de los países en desarrollo en los productos alimenticios importados, y reforzando aún más la concentración del poder de las empresas transnacionales de agronegocios en los mercados agrícolas y de alimentos. Los países en desarrollo corren el riesgo de perder aún más espacio para aplicar políticas y medidas necesarias para sus sectores agropecuarios, lo que a su vez limitaría su capacidad para enfrentar la crisis actual y fortalecer los medios de sustento de sus pequeños productores.


Acceso al Mercado No Agrícola (AMNA):

  • Estados Unidos y la UE le han exigido a los países en desarrollo que recorten sus aranceles de importación significativamente para los productos manufacturados, lo cual conduciría a cuantiosas pérdidas de empleos en múltiples sectores en todos los países en desarrollo afectados; reduciría significativamente los ingresos aduaneros que muchos países utilizan para cubrir sus presupuestos de salud y educación; y limitaría el espacio político futuro del que dispondrían los gobiernos para fomentar el surgimiento y crecimiento de industrias estratégicas necesarias para su desarrollo industrial. La mayoría de los países en desarrollo dependen de los aranceles aduaneros que equivalen a más de una cuarta parte de sus ingresos impositivos.
  • Los textos de negociación más recientes reflejan muchas de las demandas de los grupos de interés empresariales de EEUU y Europa, y no conserva el espacio político ni las flexibilidades reclamadas por un grupo de países en desarrollo (conocido como NAMA 11).
  • En sus declaraciones, una coalición de sindicatos preocupados que le dan seguimiento a las negociaciones le han reclamado al NAMA 11 que se mantenga firme en su postura actual de establecer una diferencia de 25 puntos entre el coeficiente para los países desarrollados y el coeficiente para los países en desarrollo; a favor de un incremento en los porcentajes para las flexibilidades, sin aceptar un coeficiente más bajo; reivindicar la posibilidad de seleccionar además de las líneas tarifarias que quedarían excluidas de los recortes arancelarios, otras que quedarían sujetas a la mitad de los recortes de la fórmula; y defender que las flexibilidades puedan modificarse después de un tiempo.
  • Muchos países, entre ellos las Economías Pequeñas y Vulnerables (EPV) y los Países Menos Adelantados (PMA) no tendrán que aplicar el mismo nivel de recortes arancelarios, pero si tendrían no obstante que aplicar algunos recortes que conducirán a pérdidas de empleo y a una limitación de su espacio político futuro para políticas de desarrollo.


Servicios:

  • Estados Unidos y la UE, respaldados por Japón, Canadá, Australia y otros países industrializados, han venido insistiendo que los países en desarrollo tienen que dar mayores concesiones en materia de acceso al mercado de servicios, a cambio de mayor acceso a sus mercados agrícolas y de productos industriales (AMNA), para que la Ronda de Doha pueda concluirse. Hay sectores clave de las economías de los países en desarrollo que están en la mira para que se abra el acceso a sus mercados y se les apliquen las reglas de trato nacional, entre ellos los servicios financieros, los servicios de energía, los servicios de telecomunicaciones, los servicios de educación, los servicios ambientales y los servicios turísticos.
  • El nuevo texto presentado por el Presidente de las negociaciones sobre Servicios sigue respaldando las iniciativas de los países desarrollados tendientes a ampliar significativamente el grado de liberalización que se está exigiendo. Las demandas de los países desarrollados son contrarias a las reglas del AGCS que les dan a los países Miembros el derecho de elegir libremente (cuáles sectores) liberalizar, e implicarían que la liberalización y privatización actual de los servicios, incluso de los servicios públicos, sería sumamente difícil de revertir. Los países deberían rechazar las demandas de liberalización de los servicios en la OMC y negarse a ofrecer concesiones en servicios como moneda de cambio para las negociaciones sobre agricultura y el AMNA. Deberían negarse a someter sus reglamentaciones internas para los servicios a las disciplinas de la OMC, y garantizar que este importante sector de la economía que agrega valor pueda ser regulado de modo tal que favorezca los intereses de la población, en lugar que en beneficio de los intereses empresariales.


Desarrollo:

  • Dada la proliferación de declaraciones altisonantes acerca del Programa de Doha y la reducción de la pobreza, muchos tienen la impresión de que la ronda actual de negociaciones está íntimamente ligada a la mitigación de la pobreza y el fomento del desarrollo. El Banco Mundial realizó proyecciones de las ganancias derivadas de un “probable” acuerdo de Doha. En ese escenario (que implica más liberalización que las propuestas que hoy están sobre la mesa), las ganancias mundiales estimadas hasta el 2015 ascenderían tan sólo a US$ 96.000 millones, de los cuales sólo US$ 16.000 millones corresponderían a los países en desarrollo. Aunque parezca una cifra importante, ella equivale solamente al 0,2% del ingreso nacional del mundo en desarrollo, o a menos de 10 centavos de dólar al día para cada persona de los países en desarrollo.
  • Los costos, sin embargo, superan las pequeñas “ganancias” proyectadas. Las pérdidas por concepto de aranceles aduaneros no percibidos como consecuencia del “acceso al mercado no agrícola”, es decir, el aspecto de las negociaciones relacionado con los productos manufacturados, podrían ascender a US$ 63.000 millones, o sea casi cuatro veces más que las supuestas ganancias. Esa cifra tampoco incluye las pérdidas derivadas de los millones de empleos que probablemente desaparecerán en la agricultura y la industria como consecuencia de los recortes arancelarios.
  • De las ganancias proyectadas para los países en desarrollo, sólo un puñado de ellos se quedarán con la mayor parte. Según el Banco Mundial, se estima que la mitad de las ganancias que percibirían los países en desarrollo irían a parar en manos de sólo ocho países: Argentina, Brasil (que se quedaría con el 23% de las ganancias del mundo en desarrollo), China, India, México, Tailandia, Turquía y Vietnam. Oriente Medio y el África serían los que saldrían mas mal parados de ese probable acuerdo.
  • Las grandes empresas transnacionales hicieron recientemente un enérgico llamado a favor de la finalización de la Ronda de Doha, al tiempo que reclamaban nuevas oportunidades más ambiciosas de acceso al mercado para sus empresas, incluso a pesar del hecho que sus demandas son contrarias a lo que reclaman los países en desarrollo. Dado que la mayor parte del comercio mundial es entre e intra-empresas transnacionales, es evidente quiénes se beneficiarán.

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