Error de seguridad nacional, dejar a la IP transportación de Mouriño: Bartlett

■ Tienen mucho qué explicar si es verdad que el jet se estrelló por impericia de la tripulación, señala

■ Debe investigarse quién es el concesionario; detrás de las privatizaciones hay “grandes negocios”

Andrea Becerril

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Conferencia de funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes donde dieron a conocer el contenido de la grabación de voz del Learjet en que viajaban Juan Camilo Mouriño y algunos de sus colaboradores, por la cual concluyeron que la aeronave cayó por “impericia” de los pilotos Foto: José Antonio López

Fue un “error de seguridad nacional” haber dejado en manos de una empresa particular la responsabilidad del servicio de transportación aérea del fallecido secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, consideró el priísta Manuel Bartlett Díaz, para quien el problema estriba en la “obsesión privatizadora” de los gobiernos neoliberales que “ha padecido el país en las últimas décadas”.

Con esa visión de gobernantes del PRI, y ahora del PAN, que consideran que toda función pública debe pasar a manos privadas, fundamentalmente extranjeras, se ha quitado al Estado el control de los bancos, de parte de la electricidad, el petróleo; se ha llegado al exceso de “privatizar el transporte oficial de la principal secretaría del país”.

Bartlett, quien fue secretario de Gobernación durante el sexenio de Miguel de la Madrid, advirtió que debe investigarse quién es el concesionario, porque detrás de todas las privatizaciones está el afán de hacer grandes negocios con empresas que suplen funciones públicas y no tienen la capacidad ni la experiencia para ello.

Destacó que de ser cierto lo que sostienen el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, y otros funcionarios del gobierno de Felipe Calderón, de que el avión en que viajaban Mouriño y otros servidores públicos se estrelló por la impericia de los pilotos, “tienen mucho qué explicar”.

Entre otras cosas, dijo, deben responder si una empresa privada tiene los sistemas de seguridad que requiere el Estado, sobre todo en los tiempos actuales, en los que predomina la delincuencia organizada.

“Evidentemente no, pero el problema es que domina la tendencia a transformar funciones públicas en privadas, porque representa un gran negocio, sin importar cuestiones de seguridad nacional o de soberanía del país.”

El también ex gobernador de Puebla y ex senador del PRI recordó que en el caso de Pemex ha habido ya accidentes en los que han perdido la vida trabajadores precisamente por la concesión de determinadas labores a particulares. Mencionó el percance reciente en la plataforma Usumacinta, donde no funcionaron las lanchas salvavidas que estaban destinadas a rescatar a los obreros de la paraestatal.

Es un accidente que no se ha resuelto, donde hay serias sospechas de que la empresa concesionaria estaba ligada a familiares del entonces presidente Fox.

Relató luego que en sus seis años como secretario de Gobernación viajó muy poco, ya que cumplía una función “que exige la presencia permanente en la capital del país, porque es ahí donde permanentemente llegan los conflictos y problemas”.

En ese entonces, “el secretario de Gobernación no era un funcionario que anduviera viajando por todos lados; de vez en cuando había actividades nacionales, como poner en marcha una consulta electoral o en materia de población, pero generalmente estaba en Bucareli”, porque no podía dejar los mandos y la comunicación con todo el país.

–¿Por razones de seguridad?

–Sí, y porque la función del secretario era estar atento a lo que pasara en México las 24 horas del día.

Durante su gestión, precisó, la dependencia contaba con un avión, pero se usaba para cuestiones de seguridad.

Irónico, Bartlett comentó que en este afán de privatizar todo, “no vaya a ser que piensen alquilar la Secretaría de Gobernación para algún negocio o instalar en el edificio sede un Starbucks, ya que podrían ganar buen dinero”.

Alguien, agregó, podría decir que exagera, pero “todo es posible, después de que encargaron a una empresa privada el avión del secretario de Gobernación”.