viernes, junio 26, 2009

El mensaje

Luis Javier Garrido, La Jornada. 26 jun. 2009

La obnubilación del gobierno calderonista ante el hecho evidente de que no tiene respaldo popular y de que el PAN no va a ganar las elecciones intermedias de 2009 ha llevado al grupo gobernante a una violencia inusitada en todos los órdenes, que está implicando la violación de derechos fundamentales de los mexicanos, pero también el trastocamiento de las instituciones políticas de la República que ya no existen bajo el régimen panista más que en la letra escrita de la Constitución.


1. Las acciones autoritarias del gobierno calderonista para tratar de imponerse en 2009 y tratar de generar las condiciones para permanecer en el poder en 2012 lo han llevado entre otras cosas no sólo a pisotear los derechos políticos del pueblo mexicano, como acontece en esta campaña electoral indigna, en la que se están utilizando todos los recursos del Estado para imponer al PAN, sino a destruir la autonomía de las instituciones. El IFE y el Tribunal Electoral no son ya más que instrumentos del Ejecutivo, y el régimen federal es pisoteado todos los días por el gobierno calderonista, empeñado en que los resultados electorales le permitan controlar a los gobiernos estatales y en edificar un poder cada vez más centralizado.


2. El fracaso de la gestión de Felipe Calderón en los tres primeros años del gobierno surgido del fraude electoral de 2006 no ha sido obstáculo para que el grupo derechista en el poder reformule su estrategia electoral, en términos de una violencia inusitada que le está llevando a cometer todo género de ilegalidades, a perder toda compostura y respeto al pueblo mexicano, y ahora a lanzarse incluso contra sus propios aliados.

3. Los cientos de millones de dólares del erario nacional gastados impunemente por Felipe Calderón y su equipo en estos casi tres años, en la más vasta campaña de autopropaganda que haya emprendido gobierno mexicano alguno, no le han servido de nada, pues nunca pudo aparecer como un líder y su gobierno no sólo sigue siendo visto por millones de mexicanos como espurio sino también como un gobierno corrupto e inepto. La mayor evidencia del fracaso de Calderón la constituye el hecho de que ante las elecciones el aparato propagandístico del gobierno no parece tener más que una obsesión, la de seguir calumniando y denostando a Andrés Manuel López Obrador, ahora con el pretexto de que está defendiendo los derechos políticos del pueblo de Iztapalapa a elegir a su delegado.


4. El caso de Iztapalapa ha adquirido un extraordinario relieve porque evidencia el deterioro institucional al que el panismo-yunquismo está llevando a México con todo cinismo, buscando que en 2012 no pueda haber un candidato de oposición en México. El gobierno calderonista logró imponer como dirigente del PRD a su aliado Jesús Ortega, que no ganó las elecciones internas en 2008, y nuevamente utilizando al Tribunal Electoral le ha impuesto al PRD una candidata, la señora Silvia Oliva, que tampoco ganó las elecciones internas, tratando así, entre otras cosas, de forzar a decenas de miles de militantes a abandonar ese partido.


5. La indignación ha crecido, sin embargo, al empezar a conocerse la forma en que el difunto Juan Camilo Mouriño fue forjando desde Bucareli por la vía de la corrupción una alianza con Jesús Ortega, para que éste, a cambio de ser instalado como presidente perredista por el gobierno, le subordinara el PRD a Calderón, siguiendo el modelo de los partidos paraestatales de los años 60, lo que iban a festejar tras la aprobación de la contrarreforma energética precisamente la trágica noche del 4 de noviembre en la que el avionazo frustró el anuncio público (Milenio Diario del 23 de junio). No extraña, por lo mismo, que la señora Oliva tenga en su campaña como oferta principal a los iztapalapenses la de que hará entrar al Ejército federal a Iztapalapa, creyendo así sentar las bases para que Acción Nacional se apodere de la capital en 2012.

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