viernes, julio 25, 2008

Zimapán: la fuerza a falta de argumentos

Sergio Islas, Contralínea

La presencia de la Policía Federal Preventiva (PFP) en Zimapán, con objeto de proteger los intereses de la empresa española Befesa, lanzó un mensaje de congruencia del presidente Felipe Calderón hacia los empresarios españoles con quienes se reunió el pasado 12 de junio en España y a quienes les garantizó la seguridad de sus inversiones, además de abrirles las puertas de Pemex.

Parece ser una medida desesperada ante el fracaso de sus estrategias y argucias legales para imponer este confinamiento de desechos industriales – y por tanto peligrosos - a los zimapenses. Esa desesperación se explica porque les falló la estrategia de comunicación de bajo perfil; fracasó la campaña negra a base de periodicazos, que buscó descalificar a los lideres del movimiento ciudadano “Todos somos Zimapán”; fracasó también el diálogo de sordos que pretendía desgastar a la resistencia social y, finalmente, fracasaron los argumentos legaloides destinados a sustentar este proyecto a todas luces ilegal.

Así, el único recurso que les queda a los gobiernos federal, estatal y municipal para garantizar la palabra que empeñaron a los capitalistas españoles es la represión y la intimidación, a costa, incluso, de violar las leyes mexicanas, la paz y la vida de sus pobladores.

No hay otra forma de justificar, por tanto, la presencia de la PFP en Zimapán. Ahí no hay presencia del narco ni armas y sí un movimiento de resistencia social pacifico, al que agredieron los uniformados al destruir su campamento y mantas informativas. También, la presencia de esos elementos armados obstruye el libre tránsito de la población y, lo más indignante, es que ya existen intentos de ultraje y vejación contra las hijas de los ejidatarios, en una franca violación a los derechos humanos de los habitantes de este lugar. ¿Quién es responsable de esa amenaza?

Los vecinos denuncian maniobras legaloides para asentar ese confinamiento contra la voluntad de los hidalguenses existen pruebas documentales. Una de ellas es la derogación de la Norma Oficial Mexicana NOM-055-ECOL-1993, que dio paso a la Norma NOM-055-ECOL-2003, hecha a la medida de Befesa. De esa manera, la empresa se libró de cumplir con un obstáculo legal que difícilmente hubiera podido cumplir. El 12 de marzo de 2003, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) rechazó en su comunicado de prensa 024/03 la construcción del confinamiento de desechos peligrosos que la empresa Ecomillenum pretendía instalar en Santamaría del Río, San Luis Potosí. La razón que argumentó la Semarnat fue porque esa firma no cumplía con la norma oficial mexicana NOM-055-ECOL-1993, que exigía que sus instalaciones debían ubicarse a más de 25 kilómetros de distancia de una población menor de 10 mil habitantes con proyección al 2010. El complejo de Santamaría se pretendía instalar a menos distancia.

Paradójicamente, esa misma dependencia federal aprobó la instalación de un confinamiento de mayores dimensiones en Zimapán, Hidalgo pese a que la cabecera municipal se ubica a sólo seis kilómetros del lugar en donde ahora se construye la obra. Tampoco protege a las comunidades que rodean al confinamiento, algunas de ellas cercanas a la obra por sólo 500 metros.

La razón por la que Semarnat negó el permiso a una empresa y autorizó a otra radica en que el Comité Consultivo Nacional de Normalización del Medio Ambiente y Recursos Naturales, que encabeza Cassio Luiselli Fernández, aceptó modificar la norma oficial NOM-055-ECOL-1993. De esta manera, se eliminaron todos los obstáculos legales que le entorpecían el propósito de la empresa española. Es decir, la Semarnat hizo un traje a la medida de Befesa, a la Norma Oficial Mexicana, pues Zimapán tiene 11 mil 811 habitantes, de acuerdo con el XII Censo de Población y Vivienda y se ubica a sólo seis kilómetros del confinamiento, por lo que no cumple con dicha norma.

Al derogar esa disposición y dar paso a la Norma NOM-055-ECOL-2003, las distancias entre la obra y los centros habitacionales se transformaron para quedar así: “Los sitios de confinamiento respecto de centro de población, se deberán ubicar a una distancia mínima de quinientos metros, medidos desde el punto más cercano del perímetro del sitio de confinamiento, incluyendo sus zonas de amortiguamiento, al punto más cercano del límite de la traza urbana”.

Ese requisito lo cumplió Befesa con creces gracias a la ayuda de sus no pocos amigos en el gobierno federal. Sin embargo, ese plan fue más allá y buscó mantener en secreto esta reforma. Así, daba cumplimiento al contrato de secrecía entre la empresa y el gobierno de Manuel Ángel Núñez Soto, además era congruente con la pretendida “consulta pública” que nunca se realizó porque se argumentó que º“se presentó a destiempo”.

El respaldo documental de esa sucia maniobra es el número 1978 de la Gaceta Parlamentaria, de la Cámara de Diputados Federal del 30 de marzo del 2006, en donde se publicó el exhorto de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales al titular de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria para publicar ese proyecto - aprobado por el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Medio Ambiente y Recursos Naturales el 30 de enero de 2003 -

Ese es uno de los innumerables datos que hacen indefendible – moral y legalmente - el proyecto de construir el confinamiento y explica la razón por la que los tres ámbitos de gobierno se niegan a dialogar con la resistencia civil. Saben que no les asiste la razón y mucho menos la ley; queda claro que el último recurso de los gobiernos federal y estatal para cumplir con la palabra que empeñó el presidente Felipe Calderón ante los empresarios españoles en su gira por España, es la represión.

A propósito de ese viaje presidencial a España, cito los párrafos de algunas notas publicadas en el diario español El País (13 de junio de 2008) que sintetizan lo que, a su juicio, fue el éxito de esa visita. “Según Calderón, la normativa vigente obliga a Pemex a exportar el crudo e importar el refinado, ya que no puede asociarse con empresarios privados para montar refinerías en México. Pemex debe dedicarse a su verdadero negocio: sacar petróleo a 10 dólares [el barril] y venderlo a 120". “Zapatero, a quien los ojos le hicieron chiribitas con estas cifras, calificó de ‘interesante apuesta’ la reforma de Calderón”. “Anoche, en la cena de gala en el Palacio Real, el Rey agradeció a Calderón ‘la cálida acogida’ de México a las empresas españolas y la ‘gran colaboración que ha prestado en la lucha contra el azote terrorista’. (El País, 12 de junio de 2008) Más claro, ni el agua.

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