CARLOS ACOSTA CóRDOVA
El próximo año se manifestará con toda su crudeza la crisis económica que azotó a la economía mexicana en el último trimestre de 2008. Pese a las declaraciones optimistas de Hacienda, tanto el Banco de México como el Fondo Monetario Internacional han revisado, a la baja, los pronósticos realizados hace unos meses en torno al crecimiento del PIB. Ahora, con los precios del petróleo en sus niveles más bajos de los últimos 19 meses, a las finanzas nacionales se les desploma la liquidez.
Pese a que el gobierno federal insiste en que "ha sido limitado" el impacto de la crisis financiera internacional en la economía del país, la realidad es otra: los hechos, los datos duros, las nuevas estimaciones oficiales y de organismos internacionales sobre el desempeño económico, así como las percepciones de empresarios y consumidores, revelan que la economía mexicana entró ya en un franco deterioro, del que no escapan ni el gobierno, ni las empresas, ni las personas.
Y más allá de lo que sucede en el ámbito financiero -la persistente volatilidad de la bolsa de valores, que sube y baja con estrépito; el tipo de cambio que no logra estabilizarse, pese a la inyección masiva de dólares realizada por el Banco de México; el financiamiento bursátil apagado y el bancario, cada vez más costoso, asfixian a las empresas-, en lo que los técnicos llaman "economía real" los principales indicadores se van a pique, sin freno, y dejan ver que lo peor está por venir.
Apenas el jueves 6, el Fondo Monetario Internacional dio a conocer sus nuevas estimaciones en torno a la marcha de la economía mundial. México crecerá este año 1.9% (apenas una décima debajo de su anterior estimación, que hizo en octubre), pero en 2009 la economía mexicana crecerá un 0.9%, a la mitad del 1.8% que el propio organismo creía hace apenas un mes.
De hecho, ya el Banco de México, en una nueva y fuerte discrepancia con la Secretaría de Hacienda, reconoció días antes que la economía nacional se estaba desplomando. El organismo autónomo había pronosticado en julio que la economía iba a crecer este año entre 2.25% y 2.75%. A finales de octubre revisó sus estimaciones: en 2008, el PIB crecerá "alrededor" del 2%.
Pero el próximo año, la realidad golpeará de frente. El propio gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, dijo que la economía crecerá entre 0.5% y 1.5%, contra el 1.8% que estimó en julio. "Es evidente que estamos reduciendo la estimación de crecimiento económico, y no por falta de confianza en las medidas fiscales que ha anunciado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), sino que las estamos reduciendo porque los pronósticos de crecimiento para la economía mundial han sufrido un descenso importante, sobre todo la de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.
"De hecho -agregó Ortiz-, las estimaciones del Fondo Monetario Internacional sobre el crecimiento económico de Estados Unidos para 2009 son cercanas a cero. Así, difícilmente podríamos esperar un mayor crecimiento de la economía mexicana en 2009, aun tomando en cuenta los estímulos fiscales."
Pero la Secretaría de Hacienda no cede en su optimismo. Mantiene sus pronósticos de crecimiento económico: 2% en 2008 y 1.8% en 2009. Sostiene que el próximo año se verán los "efectos positivos" del Programa de Impulso al Crecimiento y al Empleo -anunciado por el presidente Felipe Calderón y la propia SHCP hace unas semanas-, que incluye cuantiosos recursos para infraestructura y financiamiento empresarial.
Por eso Hacienda no le cree a los organismos internacionales, mucho menos al Banco de México. "Desconocemos los 'supuestos subyacentes' que utilizó el Banco de México para revisar a la baja sus pronósticos", dijo hace unos días Miguel Messmacher, titular de la Unidad de Planeación Económica de la dependencia.
Y como un menor crecimiento económico implica menos creación de empleos, el Banco de México también revisó sus estimaciones en la materia. En julio sostenía que se iban a crear 370 mil nuevas plazas en todo 2008. Ahora sostiene que al concluir el año se habrán creado apenas 230 mil nuevas fuentes de trabajo. Y para el 2009 será peor: apenas se generarán entre 150 mil y 250 mil nuevas plazas de trabajo formal.
Pero Hacienda insiste: gracias a los programas federales de impulso económico, en 2009 se crearán 400 mil nuevas plazas. Aun así, la cifra está muy lejos de las más de 700 mil que suponía en diciembre pasado. Más todavía del millón de empleos que se demandan al año.
Y mientras las dos autoridades económicas más importantes del país abonan la incertidumbre de los actores económicos con su guerra de cifras, los malos datos se dan en cascada:
Al cierre de edición, el precio de la mezcla mexicana de crudo de exportación seguía imparable su desplome. Ese día el petróleo mexicano cerró en 43.65 dólares por barril, es decir, 26.35 dólares por debajo de la proyección de 70 dólares que hicieron el gobierno y el Congreso para el año 2009. Quiere decir también que desde el precio más alto -de 109.47 dólares, a fines de agosto pasado-, el crudo mexicano ha perdido 65.82 dólares, el 60.12%.
Los ingresos públicos, pues, están más que amenazados. Todo apunta a que no se repetirá la suerte de este año, en que el alto precio del crudo permitió sortear las fuertes caídas -en los primeros nueve meses del año- en producción (-9.7%) y exportación (-18.15%) de petróleo.
Debido al alto precio promedio del período -98.35 dólares, casi 47.80 dólares arriba del precio promedio de enero-septiembre de 2007-, los ingresos públicos han podido librarla, pese al brutal incremento en las importaciones de petrolíferos (gasolinas, sobre todo), que en ese lapso fueron de 19 mil 500 millones de dólares, 71% más que las importaciones en 2007 en el mismo lapso.
En 2009 la historia será otra, con precios del crudo mucho más bajos y menor crecimiento económico. De hecho, éste ya impactó los ingresos provenientes de la recaudación. Hacienda informó apenas que por el Impuesto sobre la Renta (ISR) se esperaba recaudar en los primeros nueve meses del año 453 mil 725.8 millones de pesos, pero hasta septiembre sólo se habían captado 425 mil 612.8 millones; es decir, 25 mil 113 millones menos, un 6%.
Y por el Impuesto Empresarial a Tasa Única, que entró en vigor este año, se captaron entre enero y septiembre 37 mil 635.4 millones de pesos, cuando se esperaba recaudar 50 mil 490.8 millones. Es decir, se recaudaron 12 mil 855.4 millones menos, 25.5% debajo de la meta a septiembre.
Otra de las víctimas de la crisis ha sido, sin duda, el sector manufacturero de transformación. El último reporte del Inegi, con datos al mes de agosto de este año, indica que, aun cuando no explotaba la crisis internacional, los empleos, las remuneraciones y las horas-hombre trabajadas, seguían cayendo mes tras mes. Las bajas fueron, respectivamente, de 2%, 0.8% y 5%.
En suma: menos empleos, peor pagados y tiempos más cortos de trabajo, es lo que va dejando la crisis económica en el sector manufacturero.
También reportó el Inegi un "aumento" de 0.1% en las ventas al menudeo en septiembre, con lo que dio cuenta de cómo está estancado el consumo en el país. Además: un déficit comercial en septiembre de 2 mil 680 millones de dólares -cuatro veces el déficit registrado el mismo mes de 2007- revela la caída pronunciada de las exportaciones.
La volatilidad del mercado bursátil, esas alzas y bajas de miedo en la bolsa, dejaron de ser para millones de mexicanos una simple noticia, tan espectacular como cotidiana, en los diarios y en los noticieros de radio y televisión. Las pensiones de los trabajadores han sido arrastradas por esos vaivenes.
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, la Consar, reconoció que los recursos de los trabajadores invertidos en las sociedades de inversión de las afores han perdido en el año 53 mil millones de pesos; de esa cantidad, 33 mil 850 millones se esfumaron tan sólo entre septiembre y octubre.
No son pérdidas, dice la autoridad, sino "minusvalías", que se repondrán con el tiempo, pues son recursos de largo plazo y nadie se va a pensionar ahorita con el sistema de las afores: los primeros lo harán dentro de 25 años, dijo Moisés Schwartz, presidente de la Consar.
Como sea, los trabajadores ya están viendo que en su estado de cuenta de la afore en la que están inscritos, el saldo de su ahorro ha bajado entre un 3% y un 16%, dependiendo de la administradora elegida.
Pero no sólo los datos duros de la economía muestran que ésta va en picada. Las expectativas de empresarios y consumidores sobre la situación económica del país, de las empresas y los hogares, revelan no sólo un brutal desánimo, sino la convicción de que las cosas se pondrán peores.
Cada mes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hace encuestas para medir la confianza de empresarios y de consumidores en torno a la situación económica. Los datos de octubre son apabullantes. Una pregunta clave les hace a los directivos empresariales: "Comparando la situación actual del país y de su empresa con la de hace un año ¿cree que este es el momento adecuado para que se realicen inversiones?".
En octubre de 2007 esa pregunta arrojó un índice de 45.1 puntos; un año después, el indicador fue de 14.2 puntos. Es decir, bajó casi 31 puntos, el 68.5%. En esa magnitud, pues, disminuyó la confianza empresarial para invertir ahora. La razón: la mala situación económica del país.
De hecho, todos los componentes que forman el Indicador de Confianza del Productor cayeron. Los empresarios creen que la economía hoy está casi 40% peor que hace un año, y que la situación económica de sus empresas está casi 30% peor que hace 12 meses.
Los datos no son irrelevantes, pues en función de esas expectativas es como las empresas deciden ajustarse a la realidad: paran proyectos, despiden personal, recortan gastos.
Igual pasa con los consumidores. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) es un instrumento estadístico que elaboran conjuntamente el Inegi y el Banco de México, para medir las apreciaciones de la población sobre el desempeño económico del país y de los hogares.
En octubre, el ICC se ubicó en los 82 puntos, el nivel más bajo desde que se lleva el registro y es también el más bajo de la actual administración. En diciembre de 2006, cuando inició el gobierno de Felipe Calderón, el índice fue de 109.7. Ello significa que el dato de octubre muestra una caída de 25.25% en la confianza de los consumidores en lo que va del sexenio.
Los resultados de la última encuesta muestran que éstos consideran que la situación económica de los miembros de su hogar es peor que la que tenían hace un año y que dentro de un año será aún peor; igualmente, que la situación económica del país es ahora peor que hace un año y que dentro de 12 meses no estará mejor que ahora. También consideran que sus posibilidades de comprar bienes de consumo duradero (muebles, televisores, aparatos electrónicos, entre otros) se redujeron casi 40%, en el último año.
La crisis financiera internacional es de tal magnitud, que sus efectos en México han tocado también a las grandes empresas que cotizan en bolsa. Los consorcios han terminado de reportar su situación al tercer trimestre y los resultados son inéditos. Sirvan algunos ejemplos.
Grupo Alfa, consorcio emblemático del empresariado del norte del país, con operaciones en más de 17 países, reportó en el último trimestre pérdidas por mil 768 millones de pesos, cuando en el mismo lapso del año anterior había obtenido ganancias por 246.4 millones de pesos. Dicha pérdida, explica en el reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), "fue resultado de pérdidas cambiarias y pérdidas en la valuación de instrumentos financieros derivados, que se originaron principalmente por la depreciación del peso". Aunque también "por el impacto de factores estacionales y de un más difícil entorno económico".
Otra de las estrellas empresariales del país que acusa graves problemas es Grupo Vitro, también con sede en Monterrey, con presencia en 45 países y que es el principal productor de vidrio en el país, y uno de los grandes en el mundo. Su endeudamiento extremo, en dólares y con vencimientos en puerta, quedó al descubierto en los primeros días de la crisis cambiaria. A unos 227 millones de dólares asciende su posición en instrumentos derivados. Su deuda en dólares es por mil 225 millones. Y en el trimestre registró una pérdida neta de mil 618.6 millones de pesos.
La crisis financiera internacional también tocó las puertas del poderoso Grupo Carso, del magnate mexicano Carlos Slim: menores márgenes en sus divisiones industrial y comercial propiciaron que, en el tercer trimestre del año, el grupo registrara una caída de 40.7% en sus utilidades netas y una baja de 4.4% en sus ventas.
En el reporte que presentó a la Bolsa Mexicana de Valores, Carso informa que sus utilidades netas de julio a septiembre fueron de mil 450 millones 737 mil pesos, contra 2 mil 444 millones 496 mil pesos del tercer trimestre de 2007. En tanto, sus ventas pasaron de 18 mil 845 millones de pesos en el tercer trimestre del año pasado, a 18 mil 010 millones de pesos. En este año, de enero a septiembre, Carso reporta una pérdida acumulada de 31.6% en sus utilidades netas.
También informó de una disminución en el número de sus obreros, entre enero y septiembre, de mil 563 trabajadores, al pasar de 23 mil 384 a 21 mil 821. En el caso de los empleados, en cambio, la plantilla aumentó en mil 569, al pasar de 54 mil 312 personas a 55 mil 581.
Y así como al grupo, a sus empresas estelares también las ha golpeado la crisis. Telmex Internacional y Teléfonos de México dieron cuenta en sus reportes trimestrales del tamaño del impacto:
La primera, que opera telefonía, internet y televisión de paga en varios países de Latinoamérica, vio caer sus utilidades netas en el trimestre en unos 773 millones de pesos, 40%, al pasar de mil 929 millones en el tercer trimestre de 2007 a mil 156 millones en el de este año. En este caso fue la devaluación del real, la moneda de Brasil, la que le produjo una pérdida cambiaria de 880 millones de pesos.
A Teléfonos de México tampoco le fue bien. Una mayor competencia, combinada con una menor demanda de sus servicios, le provocó en el trimestre una disminución de poco más de 4 mil 068 millones de pesos, el 42.8%, en su utilidad neta mayoritaria -que pasó de 9 mil 505 millones 836 mil pesos, a 5 mil 437 millones 750 mil pesos-, y sus ingresos totales cayeron 5.7%.
Y así como esas empresas, la mayoría de las que cotizan en bolsa reportaron problemas en el último trimestre. Los gigantes, pues, también padecen. Pero siempre serán socorridos.
En efecto, para evitar las quiebras en cascada a consecuencia de la falta de financiamiento bursátil y bancario, el gobierno tuvo que lanzar un salvavidas: Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior han puesto 35 mil millones de pesos a disposición no sólo de pequeñas y medianas empresas con problemas de liquidez, sino para que las grandes cuenten con el aval y garantía de esos bancos de desarrollo a fin de que puedan refinanciarse. Por lo pronto, Comercial Mexicana, acusada de iniciar la crisis cambiaria, ya recibió un crédito de 3 mil millones de pesos de Nafin para evitar la quiebra.
Otra vez, el gobierno al rescate.
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