jueves, noviembre 13, 2008

Golpe a AMLO

Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS


"Todo poder es una conspiración permanente".

Honoré Balzac

La decisión de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de modificar el cómputo nacional de la elección interna del PRD y dar el triunfo a Jesús Ortega tiene una doble raíz: por un lado, pagar las facturas al grupo de los "chuchos", Nueva Izquierda, por los servicios prestados para la aprobación de las reformas calderonistas, particularmente en materia de hidrocarburos y, al mismo tiempo, asestarle un fuerte golpe político al principal líder opositor, Andrés Manuel López Obrador, para marginar su movimiento de una importante representación en la conformación de la próxima Cámara de Diputados y, con ello, restarle el impulso que requerirá para la siguiente elección presidencial, pues no hay que olvidar que en este año el Frente Amplio Progresista se había logrado reposicionar como segunda fuerza política nacional, mientras que el PAN cayó hasta la tercera posición.

Hace exactamente 13 días que, en estas mismas líneas, les advertimos de esta estrategia política concretada este miércoles en la decisión de los togados que cobran en el TEPJF y que, hay que resaltarlo, elimina totalmente la credibilidad en este órgano colegiado presuntamente encargado de la justicia electoral y que exhibe en los hechos su total parcialidad, al servicio del gobierno federal en turno, con objetivos a corto y largo plazos. Si bien Jesús Ortega es el ganador en esta jugada que bien pudo haberse negociado en el escritorio del extinto secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, en el mediano plazo el gran perdedor será sin duda el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que habrá de enfrentarse a una irreversible debacle electoral el próximo año, con la salida del grupo político leal al ex candidato presidencial, que hoy, más que nunca, continuará con los trabajos de construcción de un frente amplio ciudadano, sustentado en los pilares que le quedan: el Partido del Trabajo y Convergencia.

La ruptura del Sol Azteca largamente anunciada ya llegó. Por una parte, Jesús Ortega manifestó en su primera declaración como virtual dirigente del PRD que tiene una amplia disposición a dialogar con el gobierno federal, una vez que asuma la presidencia nacional de ese organismo político, y adelantó que buscará a Alejandro Encinas, Andrés Manuel López Obrador y a otros dirigentes para reconstruir la unidad del partido.

Sin embargo, destacados perredistas han reprobado el servilismo absoluto de los legisladores de Nueva Izquierda ante las iniciativas enviadas por el titular del Ejecutivo, haciendo de lado los principios que sostiene el Sol Azteca, y que ya con Ortega a cargo oficialmente de la dirigencia del PRD, se va a fortalecer su inclinación a los dictados emanados de Los Pinos, del Palacio de Covián y hasta de la colonia Del Valle, donde se encuentra la sede nacional panista.

Otros, como Mario Di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gabinete lopezobradorista, abiertamente han declarado su intención de renunciar a las filas de ese instituto político si Ortega asume como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, tal y como ocurrirá en los próximos días.
Así, lo más seguro es que en breve el de la Revolución Democrática quede efectivamente totalmente partido, pues los magistrados otorgaron 48 horas a la Comisión Nacional de Garantías para entregar las constancias de mayoría a la fórmula encabezada por dirigente de Nueva Izquierda y 24 horas más para notificar su cumplimiento.

Por su lado, Alejandro Encinas, el candidato de Izquierda Unida, calificó de inadmisible la decisión adoptada por los magistrados del TEPJF y sostuvo que la resolución que revoca la nulidad de la elección interna del PRD constituye una clara intromisión del Estado en la vida interna de ese partido, lo que sienta un precedente muy negativo para la vida política del país, por el hecho de que sea un órgano oficial el que decida formar la dirección nacional de un partido. El ex jefe de gobierno del Distrito Federal consideró que la legitimidad de una elección no puede venir de un fallo de un órgano electoral que no desahogó a fondo las pruebas, y que después de 8 meses de haber acreditado graves problemas e irregularidades ahora resulta que las legitima. "A pesar de reconocer que más del 22 por ciento de las casillas fueron anuladas (... ) legalizaron el cochinero", lamentó Encinas, quien no descartó dejar las filas perredistas para construir con otras fuerzas una opción de izquierda que haga frente a la derecha y reivindique el programa de transformaciones que requiere el país.

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