jueves, noviembre 13, 2008

Cinismo criminal


Gerardo Fernández Casanova

Que el fraude electoral jamás se olvide

La derecha enquistada en el poder formal ha hecho del cinismo un método del ejercicio gubernamental. La mentira y el engaño a la población, vicios de viejo cuño, adquirieron carta de naturalidad desde la campaña electoral de Vicente Fox, se fortalecieron a lo largo de su sexenio y, con características alarmantes, se han venido profundizando por el régimen ilegítimo de Calderón. El efecto ha sido desastroso para la convivencia nacional y hoy afectan, incluso, a sus propios promotores y usuarios. Cuando la mentira cunde, hasta sus propios beneficiarios originales caen en el síndrome de la mutua desconfianza. Los propios empresarios privilegiados de las mentiras del régimen caen en la vorágine del pánico y, desconfiando de la palabra oficial, retiran capitales para refugiarse en campos menos inseguros. De tiempo atrás, los mexicanos sabemos que, para conocer la verdad, es preciso entender las cosas al revés de como se nos informa por el gobierno y sus medios de propaganda. Con la mentira y el cinismo, el régimen espurio cava su propia tumba.

1.- La Alianza para la Calidad de la Educación (ACE) intenta, bajo su elegante título, desmantelar la institución de la educación pública, laica y gratuita, en beneficio de la mercantilización del servicio educativo. Con el mayor cinismo, ante el extendido repudio de maestros y padres de familia, se aferra en su implantación y deja correr el tiempo, sin importarle la afectación de miles de alumnos y familias, para obligar a su implantación por desgaste. Para mayor cinismo, el régimen se alía con la más oscura y corrupta de las dirigencias sindicales, la del SNTE de Elba Ester Gordillo, otrora blanco de las mayores diatribas del panismo opositor. La derecha lo celebra con insólito pragmatismo.

2.- La señora Kessel, que cobra como secretaria de Energía, ajusta su palabra según sea el auditorio receptor. Ante la prensa rechaza cualquier intención privatizadora en las medidas adoptadas en materia energética, pero ante los inversionistas confirma que ya el 70% de la actividad de exploración y producción corre a cargo de empresas privadas y que la nueva ley permitirá incrementarla. La derecha sigue fascinada con el engaño a los otros.

3.- El caso del siniestro en que perdieron la vida Mouriño, Santiago Vasconcelos y varias personas inocentes, deriva en un galimatías informativo en el que nadie cree. Las versiones van y vienen y la gente cree en todo lo contrario. La conversión del más desacreditado de los funcionarios calderonistas en un héroe de la lucha por un México mejor, agrega motivos de recelo en la información oficial. La derecha también duda y se preocupa.

4.- Las versiones de la fortaleza de la economía, cuyo destinatario principal son los beneficiarios del régimen de corrupción y privilegios, hace agua. Lo que se calificó como la posibilidad de un catarrito como efecto de la crisis económica mundial, adquiere tintes de cáncer generalizado. El escaso mercado se ahoga, el malestar se generaliza y las inversiones tiemblan y huyen. La base popular se manifiesta encolerizada y la derecha, a su manera, también reclama el engaño.

5.- Desde abajo, el Movimiento Nacional en defensa del petróleo, el patrimonio y la economía popular postula medidas idóneas para combatir la crisis, nada revolucionaria por cierto, a las que el régimen responde con la ignorancia. Ante la propuesta de fincar el proyecto de inversiones públicas en la austeridad gubernamental, particularmente en lo tocante a los excesivos salarios y privilegios de la gran tecnoburocracia, el proyecto de presupuesto hace oídos sordos y los mantiene intocables. Es lógico, si bajaran los salarios ya no serían competitivos con la empresa privada y, entonces, tendrían que contratar a los egresados de las universidades públicas, generalmente infectados del peligroso virus del amor a la patria, incompatibles con el proyecto elitista de la entrega al exterior. La derecha lo apoya, pero no está dispuesta a pagar su costo.

6.- El colmo del cinismo es el practicado por la vía de la propaganda oficial, plena de mentiras y afanes desinformativos. Ensalza los vicios del régimen para tratar de venderlos como virtudes, pero niega y oculta la expresión popular que los desenmascara. Los teleadictos suponen vivir en jauja. La derecha lo celebra y lo financia con singular alegría; es el instrumento de control por excelencia. Este martes, el movimiento popular convocado por Andrés Manuel López Obrador se plantó frente a las instalaciones de Televisa para demandar espacios informativos para expresar su opinión ante el público televidente, acompañado por varios miles de seguidores. Salvo las acostumbradas y honrosas excepciones, la prensa hizo mutis. Para ellos, las multitudes no existen. Podrán ser ciegos y sordos, pero el empuje de la gente los arrasará, sin haberlos visto ni oído.

El que miente una vez, mentirá siempre. Quien se impuso por la vía del fraude electoral, jamás podrá disponer de la autoridad moral. Su muy particular México se hunde en el fango del cinismo y la mentira. Urge que así sea, para que el verdadero México resurja con la fuerza de su dignidad.

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