jueves, noviembre 16, 2006

CIUDAD SIN CIUDADANOS

José Jaime Ruiz
Ciudad sin ciudadanos

El urbanismo en Monterrey es, primero, un urbanismo político y económico, y casi nunca social. La ciudad es una ciudad sin ciudadanos porque los proyectos urbanísticos están basados en la utilidad de los desarrolladores y en la inutilidad e inopia de los habitantes. ¿Qué mejor para el Nuevo Reyno de León que un Valle de Reyes? Nada mejor para un reinero, nada mejor para un habitante ilustre, aunque no ilustrado, del Regiomonte.
Más acá de las manifestaciones y críticas post-hippies de ciertos ambientalistas kitsch y new age, el proyecto Valle de Reyes (como el Proyecto Santa Lucía) es la manera provinciana en que nuestras autoridades y desarrolladores conciben el urbanismo: el matrimonio entre el poder político y el poder económico. La única sustentabilidad que importa es aquella fincada en la ganancia. ¿Dónde está la imaginación política para cambiar a Monterrey de una ciudad industrial a una ciudad del conocimiento?
El Paseo Santa Lucía se concibe desde hace décadas como un desarrollo financiero y comercial y, posteriormente, social. Sin duda que el proyecto favorecerá electoralmente al PRI o a quien domina al PRI local (José Natividad González Parás) porque un paso de este tipo conecta al ciudadano con el tiempo libre ejercido en la Macroplaza-Paseo Santa Lucía-Parque Fundidora. Y, sin embargo, la ciudadanización del paseo existe si y sólo si se asienta en el consumo (como sucede en San Antonio) y, entonces, la privatización de la vía pública adquiere un carácter de exclusión: el ciudadano, si se quiere “estacionar”, deberá pagar su cuota de consumo. El consumismo, de nuevo, como condición del ciudadano.
La pregunta se impone: ¿a quién beneficia el Paseo Santa Lucía? Aún más, ¿quiénes son los dueños de las riberas del paseo? ¿Quiénes compraron? ¿Qué desarrolladores existen y cuáles desarrollos proyectan? ¿El erario de nuevo al servicio de los intereses privados? ¿Cuáles son los lugares o plazas interiores donde el ciudadano se puede estacionar y disfrutar de su tiempo libre?
Valle de Reyes era un terreno de ejidos de pobres que se convirtió en un basurero y ahora se pretende un desarrollo de ricos. Poco importa la riqueza natural y visual y los mantos de agua que ahí existen, todo sea por el progreso: “Si nosotros tomáramos una actitud tan fundamentalista, no existirían las ciudades, no existiría la cultura. Desde que el ser humano apareció en la tierra está en un proceso de transformación” (Ramiro Guzmán dixit).
Monterrey se encamina a ser una ciudad postiza –a pesar del dinero que circula por aquí–, una ciudad sin personalidad y ya sin identidad porque ha dejado de ser “la ciudad de las montañas”. Decisiones postizas de políticos postizos, inversiones de desarrolladores postizos para una ciudadanía postiza. ¿Por qué Monterrey no se ha hecho digna de Monterrey? ¡Bah!, mejor leamos al siempre claridoso Gabriel Zaid: “Teotihuacan existe, el Acrópolis existe, la Catedral de Puebla existe. El tiempo y el costo de construcción que representan son nada frente a las inversiones y el esfuerzo que han hecho de Monterrey una ciudad espantosa. ¿Por falta de dinero?”. ¿Por falta de dinero?

ruizjosejaime@gmail.com

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